Las ventajas de comer los alimentos crudos
- siemprecocinandoam
- 25 sept 2023
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Desde que el homo sapiens se desarrolló en nuestro planeta, hace unos 500.000 años, nuestra especie sobrevivió comiendo alimentos crudos. Sólo unos 100.000 años después logramos controlar el fuego y comenzamos a asar nuestra comida.
Las legumbres y gramíneas pasaron entonces a formar parte de nuestra dieta, obligando a los mecanismos de adaptación de nuestro organismo a digerirlas. Esta nueva forma de comer, a largo plazo, nos ayudará a trasladarnos a asentamientos estables, dando origen al sedentarismo.
Algunos estudiosos piensan que todavía la mayoría de nuestros mecanismos de adaptación están más preparados para digerir y asimilar alimentos crudos que alimentos modificados por el fuego. Quizás hemos desarrollado con el tiempo una dependencia parcial de esa predigestión que ofrece la cocina, y nos resulta más fácil seguir con el mismo patrón.
Pero, ¿debemos cocinar siempre nuestros alimentos?
La cocción destruye muchos nutrientes y modifica la estructura de proteínas y grasas. Entonces, ¿es realmente saludable cocinarlos?

¿Qué pasa con la comida cuando la cocinamos?
Cuando se cocinan los alimentos, muchas vitaminas, grasas y aminoácidos se pierden o modifican. Aquí tienes algunos ejemplos:
Pérdida de vitaminas: C, grupo B (especialmente ácido fólico, riboflavina e inositol), A, E y K se pierden casi por completo durante la cocción.
Carbohidratos: cuando se calientan en exceso, se carbonizan y pierden su valor nutricional.
Grasas: resisten bastante bien la acción del calor, pero si es elevado, una parte de la grasa se oxida y se convierte en sustancias tóxicas o nocivas. En general, es mejor no calentar los aceites ni los frutos secos, no cocinarlos ni freírlos y mucho menos recalentarlos. El aceite de oliva es el único que puede durar más cuando se calienta pero también se deteriora.
Proteínas: una proporción variable de determinados aminoácidos, como la lisina, se pierde al tostar determinados alimentos (pan, patatas y frutos secos)

Entonces, ¿crudo o cocido?
Frutas: mejor crudas, ya que el calor destruye buena parte de sus vitaminas. Sólo si tienes problemas con tu sistema digestivo está justificado hervir o asar manzanas, ciruelas, melocotones u otras frutas.
Verduras: cuando sea posible, es mejor comerlas crudas o ligeramente cocidas.
Excepciones:
Algunas verduras se deben consumir siempre cocidas, ya que crudas son indigeribles e incluso tóxicas:
Patata y berenjena: crudas pueden contener solanina (un alcaloide tóxico), especialmente si no están maduras.
Setas y champiñones: pueden contener una sustancia cancerígena (agaritina). Más del 90% de ella desaparecerá al cocinarlos.
Nueces y semillas: mejor crudas. Asarlas o freírlas aumentará su sabor pero también destruirá la mayor parte de su vitamina B1 y cambiará sus grasas.
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