Scarpaccia: Torta fina de calabacín y cebolla

La receta de hoy es perfecta para una comida ligera. Yo la he preparado finita, porque es más agradable de comer, pero vosotros podéis hacerla tan consistente como queráis.

En lugar de usar una bandeja de horno, podéis utilizar cualquier recipiente que tengáis en casa. Sólo tener en cuenta que el tiempo en el horno será mayor.

Como siempre, un par de ingredientes principales y unos pocos para la masa. El resultado es suave, ligero y sabroso.

Además, se pueden añadir ingredientes si queréis hacerla más consistente, y semillas o piñones si os gusta crujiente.

Los ingredientes:

- Calabacín

- Cebolla

- Harina

- Leche

- Queso rallado

- Huevo

- Ajo en polvo

- Aceite de oliva

- Sal y pimienta

Preparación:

Primero, ponemos el horno a precalentar.

Luego pelamos y partimos el calabacín con una mandolina. Y seguidamente pelar y partir la cebolla en tiras muy finas.

Seguidamente preparamos una masa más bien líquida con la harina, la leche, el queso rallado, el huevo y el ajo en polvo.

Removemos bien.

En una sartén, calentamos aceite y salteamos el calabacín y la cebolla. Salpimentamos.

Cuando estén listos, los añadimos a la mezcla y removemos bien.

En una bandeja de horno, u otro contenedor, extendemos la masa uniformemente. Como yo prefiero una Scarpaccia finita, he puesto la masa de aproximadamente un centímetro de grosor. Si utilizáis un contenedor para horno, quedará más grueso pero tardará más en estar listo.

Lo metemos en el horno a 225 ºC alrededor de 20 minutos o hasta que se quede dorado.

Y ya está listo para servir.